Sorteando Contratiempos

Sin embargo, este resultado no está a la altura del pretendido por un Claudio Alonso que arrancó la jornada penando con un problema de embrague que lo dejó parado y en último lugar en la largada de la tercera serie.

 

Ya en movimiento, el bahiense escalaría hasta la décima plaza, dejando atrás siete coches y pasando automáticamente a ocupar un sitio en la grilla de partida del evento principal.

 

La competencia final mostró una puja al todo o nada en la mayoría de los puestos. Como Claudio corrió sin embrague (un elemento que lleva mucho tiempo para ser cambiado), hubo situaciones en las que, aunque no siempre se lo utiliza, hubiera sido necesario para explotar mejor el rendimiento del Ford Focus N°5.

 

Muchas veces, Alonso necesitó reducir marchas hasta primera en maniobras comprometidas en las que los muchos participantes que chocaban cerca de él o retornaban a pista tras hacer un trompo o golpearse con otro, daban la impresión de apuntarle al auto predominantemente negro del bonaerense.

 

Claudio relató: «Fue una competencia ajetreada. Por ejemplo, me dio gracia que a Víctor Silvente, entre una cosa y otra, lo pasé como en cuatro ocasiones. Hubo varios desmanes y calculo que si me libré de la mayoría de ellos, ya estoy listo para ir a los óvalos del Nascar y meterme entre otros 45 participantes en condiciones parecidas, solo que a un poco más de velocidad. Esquivé el choque entre los Chevrolet Astra de Eduardo Gunziger y Sebastián Gómez, así como varios otros. Creía que los que salían disparados hacia cualquier lado, volvían al asfalto apuntándome. Largar del medio para atrás en el TN es complicado porque hay corredores que ni doblan ni te dejan doblar. El auto se encontraba bien equilibrado y espero que me sirva para esta más adelante en el Cabalén».